Plinteria
de Atenas.
La
Plinteria es la fiesta del baño de la diosa Atenea: se llevaba hasta Falero la
vieja estatua de madera (xóanon) de Atenea Políade, que se sumergía en el mar
con su peplo; tras la inmersión se ofrecían a la diosa dulces con higos secos.
Dado el
culto a las imágenes, es indudable que la escultura se consideraba como si
fuera la propia diosa.
El baño
tenía el valor de una purificación de toda la ciudad cuya patrona era Atenea, y
las fiestas más importantes de Targelion garantizaban pues la purificación colectiva
de la ciudad, con lo cual debía ser digan del beneficio divino de la cosecha.
tenía el valor de una purificación de toda la ciudad cuya patrona era Atenea, y las fiestas más importantes de Targelion garantizaban pues la purificación colectiva de la ciudad, con lo cual debía ser digan del beneficio divino de la cosecha.
En la mitología griega, Atenea o Atena (del griego ático Ἀθήνη; transl., Athēnē o Ἀθηναίη, Athēnaiē), también conocida como Palas Atenea (Παλλὰς Ἀθήνη) es la diosa de la guerra, civilización, sabiduría, estrategia, de las artes, de la justicia y de la habilidad. Una de las principales divinidades del panteón griego y una de los doce dioses olímpicos, Atenea recibió culto en toda la Grecia Antigua y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor hasta las de la Península Ibérica y el norte de África. Su presencia es atestiguada hasta en las proximidades de la India. Por ello su culto tomó muchas formas e incluso tuvo una extensión considerable hasta el punto de que su figura fue sincretizada con otras divinidades en las regiones aledañas al Mediterráneo.
La versión más tradicional de su mito la representa como hija partenogenética de Zeus, nacida de su frente completamente armada después de que se tragase a su madre. Jamás se casó o tuvo amantes, manteniendo una virginidad perpetua. Era imbatible en la guerra, ni el mismo Ares pudo derrotarla. Fue patrona de varias ciudades pero se volvió más conocida como protectora de Atenas y de toda la Ática. También protegió a muchos héroes y otras figuras míticas, apareciendo en una gran cantidad de episodios de la mitología.
Fue una de las deidades más representadas en el arte griego y su simbología ejerció una profunda influencia sobre el propio pensamiento de aquella cultura, en especial en los conceptos relativos a la justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes, cuyos reflejos son perceptibles hasta nuestros días en todo el Occidente. Su imagen sufrió varias transformaciones a lo largo de los siglos, incorporando nuevos atributos, interactuando con nuevos conceptos e influenciando otras figuras simbólicas; fue usada por varios regímenes políticos para la legitimación de sus principios, penetró inclusive en la cultura popular, su intrigante identidad de género ha sido de especial apoyo para los escritores ligados a los movimientos feministas y a la psicología e incluso algunas corrientes religiosas contemporáneas volvieron a darle la verdadera adoración.
En la mitología griega, Atenea o Atena (del griego ático Ἀθήνη; transl., Athēnē o Ἀθηναίη, Athēnaiē), también conocida como Palas Atenea (Παλλὰς Ἀθήνη) es la diosa de la guerra, civilización, sabiduría, estrategia, de las artes, de la justicia y de la habilidad. Una de las principales divinidades del panteón griego y una de los doce dioses olímpicos, Atenea recibió culto en toda la Grecia Antigua y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor hasta las de la Península Ibérica y el norte de África. Su presencia es atestiguada hasta en las proximidades de la India. Por ello su culto tomó muchas formas e incluso tuvo una extensión considerable hasta el punto de que su figura fue sincretizada con otras divinidades en las regiones aledañas al Mediterráneo.
La versión más tradicional de su mito la representa como hija partenogenética de Zeus, nacida de su frente completamente armada después de que se tragase a su madre. Jamás se casó o tuvo amantes, manteniendo una virginidad perpetua. Era imbatible en la guerra, ni el mismo Ares pudo derrotarla. Fue patrona de varias ciudades pero se volvió más conocida como protectora de Atenas y de toda la Ática. También protegió a muchos héroes y otras figuras míticas, apareciendo en una gran cantidad de episodios de la mitología.
Fue una de las deidades más representadas en el arte griego y su simbología ejerció una profunda influencia sobre el propio pensamiento de aquella cultura, en especial en los conceptos relativos a la justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes, cuyos reflejos son perceptibles hasta nuestros días en todo el Occidente. Su imagen sufrió varias transformaciones a lo largo de los siglos, incorporando nuevos atributos, interactuando con nuevos conceptos e influenciando otras figuras simbólicas; fue usada por varios regímenes políticos para la legitimación de sus principios, penetró inclusive en la cultura popular, su intrigante identidad de género ha sido de especial apoyo para los escritores ligados a los movimientos feministas y a la psicología e incluso algunas corrientes religiosas contemporáneas volvieron a darle la verdadera adoración.
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