PAN
,
Pan (en
griego, Πάν, ‘todo’)
era el semidiós de los pastores y rebaños en la mitología griega. Era
especialmente venerado en Arcadia, a pesar de no contar con grandes santuarios
en su honor en dicha región. En la mitología romana se identifica a este dios
con Fauno.
Existen
muchas versiones sobre el origen de este dios. Según unos era hijo de Gea y
Urano, otra de Cronos y Rea, o Hermes y una Ninfa de la que se desconoce su
nombre, según esta versión cuando Pan nacio, su madre no resistio su fealdad y
lo abandono, pero Hermes los llevo al Olimpo y lo presento con los dioses donde
fue aceptado casi como un dios principal.
Pan era,
también, el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada.
Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a perseguir por los
bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachos. En muchos aspectos, el
dios Pan tiene cierta similitud con Dionisio.
Pan fue el
dios bucólico mas importante de Arcadia y su culto se difundio en el resto de Grecia
a través de las orgias de Dionosio, a cuyo sequito pertenecia. Los griegos los representaban con pies de
macho cabrio, cuerpo velludo, abundante cabellera y oreja puntiagudas, dos
cuernos , era un demonio de las montañas.
Era el dios
de las brisas del amanecer y del atardecer. Vivía en compañía de las ninfas en
una gruta del Parnaso llamada Coriciana. Se le atribuían dones proféticos y
formaba parte del cortejo de Dionisio, puesto que se suponía que seguía a éste
en sus costumbres. Era cazador, curandero y músico. Habitaba en los bosques y
en las selvas, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que
penetraban en sus terrenos.
Portaba en
la mano el cayado o bastón de pastor y tocaba la Siringa, a la que también se
conoce como Flauta de Pan. Le agradaban las fuentes y la sombra de los bosques,
entre cuya maleza solía esconderse para espiar a las ninfas.
Se dice que
Pan era especialmente irascible si se le molestaba durante sus siestas. Los
habitantes de Arcadia tenían la creencia de que, cuando una persona hacía la
siesta, no se la podía despertar bajo ningún concepto ya que, de esa forma, se
interrumpía el sueño del dios Pan. En este caso, Pan se aproxima a la noción de
Demonium Meridianum (Demonio del Mediodía).
Pan
representaba a toda la naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la
generación del miedo enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio,
significaba el temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la
caída de rayos.
Pan apoyaba
a Zeus cada vez que tenia alguna dificultad y participo en la guerra contra los
gigantes, emitiendo tales gritos estridentes que los hacia huir aterrorizados.
Durante las Guerras Medicas siguió la misma estrategia para crear pánico en los
enemigos de los griegos.
Según
cuenta Heródoto, unos días antes de la Batalla de Maratón, un mensajero
ateniense que volvía de pedir ayuda a Esparta encontró al dios y éste le
prometió que vencerían a los persas. Por ello, tras ganar efectivamente la
batalla a causa de un súbito pánico en las filas enemigas, fue incluido entre
los grandes dioses reconocidos por el estado. En la propia ciudad de Atenas se
le consagró una de las grutas de la vertiente Norte de la Acrópolis y se decretó
en su honor una fiesta anual donde se realizaban carreras de antorchas.
Se le
atribuye la invención de la flauta pastoril, de siete canutos, la flauta de Pan,
la llamada siringa que tomo el nombre de
la ninfa Siringe, hija del rio Ladon y compañera de Artemisa. De acuerdo con el
mito, Siringe para huir de de la constante persecución de Pan, con la ayuda de
sus hermanas se convirtió en caña, y el dios, al verla asi, se quedo
sorprendido junto a las cañas, que agitadas por los resoplidos del dios, repetían
los sonidos lo que le dio la idea de fabricar la flauta que bautizo con el
nombre de la ninfa.
En otra ocasión
reto a Apolo con su lira a una competencia
de música, pero solo Midas dios su veredicto a favor de Pan. Apolo ofendido lo
castigo haciéndole crecer las orejas de asno.
Los ritos
de fertilidad originales fueron asumidos a partir del siglo V por las Bacantes,
que duraron hasta bien entrada la Edad Media. Desde entonces, y hasta nuestros
días, la imagen tradicional de Pan se asocia con la imagen del diablo (en forma
de macho cabrío) y los aquelarres.
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